En Mendoza, como en el resto de la Argentina, el fútbol forma parte de un espacio que es apropiado por sujetos que encuentran en este arte un escenario de participación social. En donde se fortalecen lazos de amistad y de solidaridad que templan al calor de la pasión, un proyecto de vida común.
Aquí “El Cristo Redentor” o “La Favorita” no sólo son barrios con tramas urbanas complejas, sino también son el ejercicio pleno de la reinvención que posibilita cada pitido inicial.