CEDLA charla: con Adriana Rodríguez Pérsico (UNTREF-CONICET)
Referent: Michiel Baud
Toda crisis supone un punto de inflexión, un cambio drástico que puede separar la vida de la muerte. En su libro El sentido de un final. Estudios sobre la teoría de la ficción, Frank Kermode sostiene la tesis de que existe “un nexo entre las formas de la literatura y otras maneras en las que, citando a Erich Auerbach, ´tratamos de conferir algún tipo de orden y diseño al pasado, el presente y el futuro´. Una de esas manera es la crisis”. Para pensar el concepto de crisis en la cultura moderna, Kermode recupera el paradigma apocalíptico organizado en torno a los terrores incesantes ante una situación crítica, al sentimiento de vivir una época de transición y a la esperanza de la renovación. Al mismo tiempo, prevalece la idea de que lo sólido se desvanece en el aire y de que cada elemento está imbuido de su contrario. El sentimiento de crisis fue generalizado en el fin de siglo XIX; la literatura de la época ofrece ejemplos tan diversos como claros. El siglo XX conoce varias coyunturas que se podrían definir como de crisis, en las que se conjugan conflictos sociales, políticos, económicos y culturales. En el caso de la Argentina, la última gran crisis aconteció a principios del siglo XXI. La literatura, máquina que deglute y transforma todo tipo de materiales, ha elaborado de distintos modos la coyuntura. El presente trabajo se propone analizar un conjunto de textos publicados durante la década de 2000 que ponen en movimiento una idea de crisis en la que no hay lugar para la esperanza de la renovación, ni apertura hacia el futuro. Por el contrario, lo que prevalece en ellos es la representación de un mundo arruinado y plagado de anacronismos, definitivamente vuelto basura.
En colaboración con CRIC Amsterdam Research Seminars