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Anapia: la bella isla amenazada por la contaminación

26-08-2017 door Uriel Montúfar

“En Pocos años, no habrá nada. El Lago Titicaca está enfermo, nosotros también.” Es el inicio del pronunciamiento lanzado por los habitantes de la Bahía de Cohana en 22 de marzo del año 2012, por la celebración del Día Internacional del Agua, “La Contaminación más alta a la calidad del agua dulce se encuentra en la Bahía de Cohana-Bolivia y que esa contaminación es diez veces más que Puno” (Perú), continúa el manifiesto.

La bahía de Cohana, es una zona del lago Titicaca, con el mayor problema de contaminación, sus aguas no son aptas para el cultivo, ni para los animales y menos para los seres humanos, estas aguas son contaminadas por las aguas servidas desembocadas por tres ciudades importantes como la ciudad de El Alto, Laja y Viacha (alrededor de un millón de habitantes).

Anapia es uno de los siete distritos que conforman la provincia de Yunguyo, ubicada en el departamento de Puno, son ocho islas situadas en el Lago Titicaca, en el llamado lago menor o Wiñaymarca (pueblo eterno), con una población aproximada de 2 500 habitantes.

Las islas peruanas están ubicadas a 20 kilómetros de la bahía de Cohana (Bolivia), como ya se mencionó este sector del lago esta contaminado por la población de Bolivia, que descarga sus aguas servidas sin ningún tratamiento al lago Titicaca, y por las corrientes la contaminación se dispersa por la zona del Wiñaymarca o lago menor.

En conversaciones con el señor Francisco de 90 años (el más longevo de la isla), él nos explica: “antes todos pescábamos, había muchos peces, comíamos bien, ahora mis hijos ya no pescan, ganadería hacen y construcción en la ciudad, ya no hay peces porque hay un agua de color beige, que huele mal, hace dos años todos los peces murieron y estábamos asustados”, él se refiere a los hechos ocurridos a mediados de mayo del 2015, donde hubo gran cantidad de peces, anfibios y otros animales muertos.

Después de ocurridos estos hechos, ambos gobiernos iniciaron reuniones binacionales para tratar de solucionar estos problemas, lamentablemente hasta el momento no se llegaron a tomar medidas concretas para dejar de contaminar la bahía de Cohana y la vida que depende del lago.

Las islas son un paraíso, con grandes potencialidades, sin embargo no cuentan con ojos de agua en la zona alta, por lo que consumen agua del lago Titicaca (el cual está contaminado), lo cual pone en peligro la salud de los pobladores, al respecto Ivett (14 años) nos cuenta: “a veces tomamos agua y nos da diarrea, mi hermanito siempre se enferma de la barriga, los animales si comen el llacho (algas del lago), se enferman, por eso mis papás van a cortar totora de más lejos para darles de comer”, como vemos el problema del agua contaminada afecta a toda la vida de las islas.

Lamentablemente por más que los habitantes y autoridades locales traten de cambiar la situación del lago, no lo pueden hacer, pues son aguas transfronterizas, bajo la administración de otro país, es por eso que ahora las cartas están en la mesa del gobierno central, que a través del ministerio de relaciones exteriores debe solucionar este tema.

Entre la indiferencia de las autoridades de ambos países, y la poca conciencia ambiental de los pobladores de las ciudades del Alto, Laja y Viacha, la bahía de Cohana continúa su camino seguro a la muerte y con ella se lleva la vida del Wiñaymarca, además de personas inocentes como los pobladores de Anapia, que se ven afectados por la contaminación.

No podemos esperar más tiempo, debemos tomar medidas concretas, entre ellas es exigir que las ciudades de Bolivia, implementen una Planta de Tratamiento de Agua Residual, la implementación de políticas de gestión ambiental, entre ellas la concientización ambiental (de la población), esto solo sería el primer paso, pues aún no hay un plan de remediación, mitigación y compensación ambiental por los daños ocurridos, seguramente hablaremos de eso después, vamos paso a paso.

Nuestra principal fuente de vida (lago Titicaca), es amenazada por nosotros mismos (ciudades circunlacustres como Juliaca, Puno, el Alto, Viacha, Laja, entre otras), es nuestra tarea lograr un equilibrio ambiental, que el ecosistema siga vivo, que continúe siendo fuente de vida por muchos años más, para nosotros mismos y para todos los seres vivos, Michel Foucault una vez dijo: “Las riquezas son riquezas porque las estimamos”, así que debemos estimar a nuestro lago Titicaca, que es nuestra principal riqueza, no olvidemos que es también un foco de cultura para la humanidad, recordemos que la Quinua y la papa fueron regalos de esta cuenca al mundo.

Parte del Proyecto: “Qotamamau Jiwasky” (madre lago muriendo)

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