Un sábado 7 de diciembre 2019, después de meses difíciles para Latinoamérica, mujeres latinoamericanas y belgas se juntaron en Amberes a bordar sentires. También para los que están lejos de casa ha sido difícil ver infracciones de derechos humanos y polarización en sus países. En 35 ciudades en el mundo se juntaron más que 500 personas a bordar y senticrear.
La iniciativa Mil agujas por la Dignidad vino de la artista visual chilena Karen Rosentreter que quiso reunir a colectivos y artistas con el fin de bordar y manifestar su rechazo a las crisis que se viven en Chile y Latinoamérica.
En Amberes Irma Prado, pedagoga en el sector de la cooperación internacional y coleccionista de arpilleras chilenas hechas por mujeres durante la dictadura, juntó a amigas que por su parte invitaron a más. La necesidad de expresarse y hacer algo con la impotencia y los sentimientos se hacía presente. Entre chilenas, bolivianas, argentinas, una colombiana y belgas se pasó una tarde de risas, preocupaciones, cantos de Violeta Parra, abrazos e historias personales. Mientras compartíamos hilos y comida tejíamos lazos y contrarrestamos injusticias.
Terminamos la tarde colgando los mensajes textiles en un hilo de esperanza. Este compartir internacional e intergeneracional para Latinoamérica nos llenó de esperanza en un país europeo que también necesita del cariño colectivo dentro de un contexto político difícilmente duro.
Lean acá el manifiesto de Mil Agujas por la Dignidad.
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