Marcelo Moncada es padre, músico, gestor cultural y le gusta saborear el plato belga “Stoofvlees met frietjes”. Marcelo tiene un apellido europeo, pero debería haber tenido un apellido mapuche. El artista polifacético puede hablar lleno de maravilla sobre la belleza de la naturaleza en la Novena Región de la Araucanía en Chile, su lugar de nacimiento. Aprecia el entorno natural y social en su tierra de nacimiento y la organización funcional de Bélgica. Marcelo nació en Pitrufquén en 1978 y ha estado viviendo durante 10 años en Bélgica. Así Marcelo ha ido construyendo un abanico de puentes y oportunidades entre América Latina y Europa. Ahora acaba de volver a Pitrufquén, lleno de ideas, para ayudar a su comuna como candidato a la alcaldía.
Marcelo conoció Bélgica como un joven estudiante de intercambio. Después volvió a Bélgica para poder estudiar música ya que en Chile resultaba muy caro. Estudió jazz y música popular en los conservatorios de Amberes y Gante. Y con éxito, en los últimos años ha trabajado con distintos grupos en Bélgica como Marcelo y los gringos, Sindicato Sónico y el Quinteto Latin Jazz Cascada y ha tocado en varios festivales en Bélgica y Chile. Además Marcelo ha organizado valiosos intercambios entre artistas chilenas y artistas belgas. Su conocimiento como gestor se refleja en la función que desempeñó como encargado de asuntos culturales del Consulado Honorario de Chile en Amberes. Ahora Marcelo quiere utilizar esta experiencia para su candidatura como alcalde de Pitrufquén.
El chileno belga cuenta que la idea de ser candidato para la alcaldía surgió en la búsqueda de identidad. Esta búsqueda también se ve reflejada en la película MARICHIWEU, Venceremos por Siempre que creó con el cineasta Andrés Lübbert. Marcelo explica que en Chile mucha “gente con raíces indígenas por razones históricas no se sienten muy identificados con estas.” Aunque agrega que ahora esto está cambiando un poco, en los últimos veinte años la gente se avergonzaba por decir “soy Mapuche, soy indígena”. Marcelo: “En Chile muchas veces por tener un apellido Mapuche te discriminan. Mi mama me reconoció con su apellido, pero debería de haber tenido otro apellido. Mi mamá lo hizo por ayudarme, pero yo no lo elegí.” Marcelo explica que su estancia en Bélgica le ha ayudado a revalorar esta parte de su identidad.
¿Cuales recuerdos de la vida en Pitrufquén lleva consigo? Sobre todo pensando en su hija nacida en Bélgica; heredera de una cultura de papá chileno y mamá belga. “Mi hijita está todavía muy pequeñita, pero Pitrufquén es como una gran familia aunque son 30.000 habitantes en la zona urbana. Hay mucha solidaridad, mucha amistad vecinal. Es algo que es muy rescatable y que me gustaría que Aylen lo pudiera vivir también desde pequeñita. Y disfrutar la naturaleza. Los fines de semana las familias van de paseo, a comer un asado y a reuniones. Eso también me gustaría hacerlo con Aylen; disfrutar de la naturaleza y de todo ese entorno social.”
Marcelo decidió presentarse como candidato a la alcaldía por amor a su tierra. “Cuando tú estas afuera aprendes a valorar mucho más el lugar donde naciste.” Algo intocable, pero muy reconocible para los trotamundos entre nosotros. Marcelo: “Pitrufquén se encuentra en una región muy hermosa de Chile, diferente a otras porque tiene una cantidad importante de volcanes, de lagos, de glaciales y muchos ríos. Es un lugar de que se puede sacar provecho para el turismo de una forma increíble. Fundar un departamento de turismo, un departamento de cultura,… hay muchas cosas que se podría hacer.” Marcelo quiere representarse con el círculo de jóvenes de Pitrufquén. “Lamentable en Pitrufquén la gente que estudia en Temuco o Santiago se termina yendo a otros lados porque no hay muchas posibilidades de trabajo.”
El Consulado Honorario de Chile en Amberes le abrió muchas puertas a Marcelo. Le permiten por ejemplo hacer proyectos de cooperación bilateral. “Bélgica lamentable es un país donde todo se bota. Los hospitales renuevan todas sus infraestructuras y después se van a un parque de contenedores, pero con un poco de gestión todo este tipo de cosas también se pueda reciclar y llevar a Chile.”
Al chileno belga le gusta más la estructura belga. “Los horarios son mas rígidos, la organización es mas funcional.” Además valora todas las cosas sociales; la educación, la salud, Marcelo: “Sería increíble si a largo plazo se pudiera hacer un verdadero cambio a nivel educacional y de salud. No sólo a nivel de gobierno sino que también a nivel de hogar.” Se trata de tener acceso a más información. “Sería importante de que todos en Chile podrían tener acceso al internet, ojala sin gastos o casi gratis, y a computadores en centros culturales.”
Marcelo considera Bélgica su segunda patria. A la pregunta de cómo se describiría a si mismo en cinco términos no elige ningún término que se refiera a una nacionalidad. Más bien las palabras que nombra tienen todas una significación relacional. Marcelo indica ser papá (de su hija) como lo más importante. Añade gestor cultural (entre diferentes artistas y el público), músico (con otros artistas y el público), vecino (con su entorno social) y trabajador (con la gente de Pitrufquén y en diálogo con el resto del mundo). No sorprende que haya mucha gente apoyando la candidatura de Marcelo. Entre ellos el Cónsul honorario de Amberes Eric E. Verbeeck, el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami y familia y amigos belgas y chilenos. Además Marcelo ya tiene un apoyo institucional importante para ayudar con el financiamiento de proyectos.
Hablando de su familia belga Marcelo toca un tema que tal vez sea una de las cosas que forma parte de la base de todo viaje, migración, diáspora o exilio afrontando a la situación: “Uno crea unos vínculos bonitos con gente que no es familia, sino que serán una forma de familia a una edad ya avanzada.” Aparte de los lazos institucionales, los lazos afectuosos parecen darle a Marcelo la fuerza emprendedora para el siguiente paso de su vida en Pitrufquén. Marcelo representa un sinfín de pasos de ida y vuelta de migrantes mundialmente. Con la misma esperanza que salió a estudiar en Bélgica hace 10 anos, ahora vuelve a Pitrufquén con el deseo de hacer algo para su tierra de nacimiento y de seguir creando lazos.
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