Para celebrar la llegada de un gran amigo hoy hacemos caldo de gallina de campo. Los pollos han estado con nosotros desde chiquitos, pero no tienen nombre.
Hacemos una tulpa; la leña y el humo le dan todo el sabor al caldo.
Todos los ingredientes del huerto entran directamente del árbol al caldo. Dulce aguacate y suave limón agridulce.
En el Ecuador también les damos caldo de gallina de campo a las mujeres que recién dan a luz. Durante los nueve meses del embarazo se cría los pollos. La bondad de la grasa del caldo les devuelve la fuerza a las nuevas madres después del parto.
Toda la familia se emociona y participa en esta gran ritual.
Poco a poco, lentamente se añade los ingredientes; vainitas, zanahoria, cebolla, yuca.
A cortar el pollo en pedazos y a comer. Qué ricura, mi pedazo favorito del pollo es la pospierna. Nada como un buen caldo de gallina. “Buen provecho, qué bien qué estés aquí para compartir el calor del caldo y de mi corazón.”
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